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jueves, 30 de enero de 2020

Ancistrocerus haematodes rubropictus

Ancistrocerus haematodes rubropictus.
Es una avispa solitaria que mide entre nueve y doce milímetros de longitud corporal. Su cuerpo posee el tegumento de los terguitos fuertemente esculpido, y su coloración negra con cuatro rayas de un rojo anaranjado. En las hembras, la cabeza es completamente negra, pero los machos poseen un punto rojo anaranjado situado entre las antenas, mientras que el clípeo es amarillo.

Se trata de un endemismo de las islas Canarias, que se divide en varias subespecies: la nominal en Tenerife y La Palma, la subespecie antelucanus en la Gomera y el Hierro y la subespecie rubropictus en Gran Canaria. Puede encontrarse durante todo el año, y se adapta a zonas urbanizadas con jardines. Liba diversas flores tanto autóctonas como introducidas, y en aquellas a las que no puede acceder por su abertura demasiado estrecha, la avispa perfora un agujero en la pared de la flor, tomando el néctar sin polinizar a la planta. La hembra, una vez fecundada, construye un nido de barro y se dedica a capturar orugas y otras larvas de insectos que paraliza con su veneno e introduce dentro del nido, tras lo cual pondrá un solo huevo en esta despensa viviente que constituirá el alimento de su larva.











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